Las mujeres cobran menos y tienen poca presencia en puestos directivos
EADA e ICSA Grupo presentan el informe "Diferencias salariales y cuota de presencia femenina"
Los expertos económicos confiaban que la lenta recuperación económica iniciada el año pasado derivara en una mayor igualdad salarial entre hombres y mujeres. En cambio, la brecha salarial por géneros no ha hecho más que aumentar en este 2016, lo que demuestra que no es un problema coyuntural sino estructural. Esta es la principal conclusión del informe Diferencias salariales y cuota de presencia femenina, presentado por la consultora de Recursos Humanos ICSA Grupo y por EADA en base a una muestra que recoge datos salariales de más de 80.000 individuos empleados por cuenta ajena en España.
Diferencias en los cargos directivos
El dato más evidente lo encontramos en el rango de cargos directivos: mientras la retribución media anual de las mujeres directivas es de 68.126 euros brutos la de sus homólogos es de 79.775 euros, es decir, un 17% más. Además, las mujeres ocupan sólo el 11,8% de los puestos directivos en España, alejándose del 12,5% de 2015 y, sobre todo, del 20% de 2008, la máxima cuota registrada.
“Estos resultados constatan que los hombres siguen dominando las posiciones directivas y que la brecha salarial se cronifica desde el inicio de la crisis en 2008”, asegura Ernest Poveda, presidente de Grupo ICSA y director del informe. Y, lo que es más chocante, añade, es que “las mujeres cuentan con una mayor nivel de formación académica y en los ámbitos donde hay más mujeres directivas existe menos discriminación salarial”.
Estas diferencias se reducen en menores escalas profesionales. Así, en los comandos intermedios, los hombres ganan al año un 13’8% más que ellas –39.366 euros y 34.592 euros respectivamente–. Por otra parte, en el rango de empleados ellos cobran unn 11,5% más –23.887 euros y 21.423 euros respectivamente–.
Falta conciliación y flexibilidad
Según la Dra. Aline Masuda, profesora de EADA y colaboradora del informe, “esta situación se debe al excesivo control y rigidez de las empresas desde el inicio de la crisis así como a la absoluta disponibilidad que piden a sus trabajadores”. En este entorno, asegura, “las mujeres tienen todas las de perder, pues no hay lugar para la conciliación y la flexibilidad”. Y es que, en su opinión, “los estereotipos siguen teniendo un gran peso en España, pues los cargos directivos se continúan asociando a los hombres y el cuidado de los niños y las labores domésticas a las madres”. En cambio, Masuda considera que “mantenerse en estos modelos anticuados tiene cada vez menos sentido, porque las empresas más exitosas basan su filosofía laboral en aspectos como la flexibilidad y la creatividad, huyendo de la rigidez y el control”.
¿Existe alguna esperanza para cambiar esta tendencia? Según Poveda, sí que la hay, “sobre todo en los sectores más tecnológicos e innovadores, más enfocados a objetivos y a políticas de conciliación”.